¿Estamos sólos?

Aprender más sobre los exoplanetas y la formación de jóvenes sistemas planetarios puede ayudarnos a entender mejor nuestro propio Sistema Solar y su formación. Además de intentar resolver la fascinante pregunta ¿hay vida en algún otro lugar del Universo?

Cada estrella tiene su propia “zona habitable”. Esta región alrededor de las estrellas suele depender del rango de temperatura en el que puede existir agua líquida en la superficie de un planeta. La distancia de esta zona a su estrella, así como su extensión, dependerán de la energía que emita la estrella y de cuánta energía sea absorbida por el planeta.

Fuente: CIDA.GOB.VE

El sistema TRAPPIST-1 contiene un total de siete planetas, todos de un tamaño parecido a la Tierra. La zona de habitabilidad se muestra en verde. El rojo indica la zona que estaría demasiado caliente para que pueda haber agua líquida en el planeta, y el azul es la zona demasiado fría. La estrella del sistema TRAPPIST-1 es ligeramente mayor que el tamaño de Júpiter, casi 10 veces más pequeña que el Sol.

Fuente: NASA (https://www.jpl.nasa.gov/spaceimages/details.php?id=pia21424)

En 5.000 millones de años nuestro Sol se convertirá en una gigante roja, pasando la zona de habitabilidad a Júpiter y Saturno.



Sabemos que nuestra estrella está en lo que conocemos como secuencia principal. Desde su formación, hace unos 4.500 millones de años, se producen reacciones de fusión de hidrógeno en su núcleo, y así seguirá durante unos 5.000 millones de años más. Llegará un momento en que se acabe su combustible, la fusión cesará y empezará a convertirse en una espectacular gigante roja.

Ahora mismo nuestra estrella mantiene la zona de habitabilidad entre Venus y Marte, pero esto no va a ser siempre así…

Según un estudio de la Universidad de Cornell una vez que nuestro sol se convierta en una gigante roja (engullendo Mercurio,Venus y posiblemente la Tierra), los mundos helados que orbitan los dos gigantes gaseosos de nuestro sistema solar pasarán a recibir la luz y energía necesaria como para poder sostener vida tal como la conocemos hoy en día.

Por si fuera poco estas condiciones se mantendrán durante casi 9.000 millones de años, muchísimo más tiempo del que ha necesitado la Tierra para desarrollar vida.

Una vez que nuestra órbita haya sido devorada por un gigante y furioso sol, nuevas oportunidades para la vida se abrirán en los pequeños satélites helados del sistema solar exterior, eso si no se han abierto ya…

5.000 millones de años es una escala de tiempo inasumible desde el punto de vista humano, pero no desde el estelar. Multitud de sistemas extrasolares tienen como estrella madre una gigante roja, un sol que a lo largo de su existencia ha dado diferentes alternativas como para que la vida orbite a su alrededor.

Fuente: EurekAlert! y milesdemillones 

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